Hamburguesería de las más longevas de la ciudad, ingredientes de calidad y burgers nada convencionales.
Un oasis en mitad del eixample de extraordinaria calidad, servicio encantador y además, los viernes a las 19h, jazz en directo.
Tanto si te gustan los puzzles como si no, entrar y ver sus paredes es todo un espectáculo!
Las camareras son un encanto y las bravas de lo mejor del barrio. Mención especial para las bravas reverdes!
Clásico cine que acoge proyecciones del Festival de Cine de Sitges desde sus inicios.
Decorado en exceso con obras de arte y habitaciones temáticas de la mano de reconocidos artistas catalanes y españoles. Muy buenas vistas.
Emplazamiento inmejorable en el Port de l'Aiguadolç, platos exquisitos y variados, servicio y personal excepcional.
Oferta de tapas apabullante y buenísima. El resto de platos merecen también una mención especial. Lástima que se convierta en restaurante para los que por la zona trabajan, parecen ningunearlo un poco
Sede del InEdit y cine Balañá el resto del año. Buenas butacas y la sala grande es todo un clásico.
No es el mejor bar restaurante del mundo pero las chicas son muy agradables, el sitio es tranquilo y los precios muy competitivos.
Las burgers y el resto de bocadillos son increíbles, mucho sabor y tamaño considerable. Suele estar bastante lleno.
Sala clásica de conciertos, a nivel acústica de lo mejor, y además tiene otra sala abajo.
Gran surtido de bocadillos originales con nombres de músicos, muy divertido y bien situado!
El buffet desayuno es lo mejor que tiene. El personal también es una buena faceta del hotel. Poco a poco remodelado para ajustarse a las modas actuales.
Sede principal del Festival Internacional de Cine de Sitges, buen sonido, buenas butacas y si tienes suerte, buenas pelis.
Misteriosamente ha cambiado de nombre a uno bastante menos confiable, habrá que probarlo de nuevo para saber qué ha cambiado a parte del nombre.
Platos de toda la vida cocinados con gusto y maestría. Personal simpático y atento y localización extremadamente turística, pero única.
Finalmente buen café para empleados y clientes de la estación de Sants. Por suerte está apartado y pocos turistas llegan hasta él.
